La luz puede ayudar a perder peso. La luz azul del sol hace que la grasa se derrita
Las células grasas regulan la cantidad almacenada por la luz solar.
El sol ha sido adorado por la humanidad por sus cualidades dadoras de vida durante miles de años. Que su luz también influya en el almacenamiento de grasa humana, sin embargo, es nuevo. Nuestro tocino de invierno almacenado es obviamente una reacción a la falta de luz. Esto es comprobado por investigadores de la Universidad de Alberta..
Los científicos descubrieron que la porción azul de la luz solar actúa sobre nuestro tejido adiposo subcutáneo. Cuando la luz azul penetra en la piel, las células de grasa responden reduciendo y disminuyendo su número. El responsable de esta reacción es un pigmento fotosensible en las células grasas, que también ocurre en la retina. El tejido graso puede así controlar la cantidad de almacenamiento a medida que cambian las estaciones..
El tejido adiposo blanco debajo de la piel es el depósito de grasa más importante de los seres humanos y desempeña un papel central en la regulación del metabolismo de todo el cuerpo. Si este tejido graso está alterado en su función o en abundancia, puede conducir a la obesidad o enfermedades como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Los científicos de todo el mundo están trabajando actualmente en nuevos métodos para contrarrestar la creciente preponderancia. El "parche anti-grasa" y la "píldora para quemar grasa" han sido noticia recientemente. Al darse cuenta de que la luz azul también afecta a las células grasas, ahora hay disponible otra arma potencial en la lucha contra la obesidad. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica "Informes científicos"..
Una nueva investigación sugiere esperanza para una terapia en la que la luz solar simplemente reduce la grasa. (Imagen: Jürgen Fälchle / fotolia.com)El descubrimiento fue una coincidencia.
Originalmente, los investigadores querían averiguar si se pueden convertir las células de grasa biotecnológicamente para que produzcan insulina en la irradiación de la luz. "Observamos la reacción por casualidad en células de tejido humano en nuestros experimentos de control negativo, y como no había nada en la literatura, sabíamos que era importante seguir investigando", explica el profesor Peter Light, autor principal del estudio y director del estudio. Instituto de Diabetes de Alberta, en un informe de la Universidad de Alberta.
Al principio fue la luz.
Light especula que este mecanismo podría ayudar a determinar la cantidad de células grasas que producimos en la infancia. Según Light, este descubrimiento podría algún día conducir al desarrollo de tratamientos farmacológicos o basados en la luz para la obesidad y otros problemas de salud relacionados, como la diabetes. Pero los hallazgos son hasta ahora solo una primera observación. La luz solar actualmente no es una forma segura o recomendada para perder peso. "Por ejemplo, aún no sabemos la intensidad y la duración de la luz necesaria para activar este camino", informa Light.
Las células gordas como reloj biológico.
Según Light, las gotas de lípidos de las células grasas se hacen más pequeñas y se liberan de la célula cuando las longitudes de onda de la luz azul del sol penetran en nuestra piel. "En otras palabras, nuestras células no almacenan tanta grasa", dice Light. Después de varios días de exposición a la luz azul, la forma de las células grasas subcutáneas cambió. Las gotas de grasa contenidas en ellas se hicieron visiblemente más pequeñas y su número también disminuyó. Esto dio lugar a una disminución significativa en el contenido de grasa de las células.
"En base a estos hallazgos, las células de grasa que almacenamos cerca de nuestra piel pueden ser un reloj biológico periférico", dice Light.
La grasa subcutánea podría desempeñar un papel más importante de lo que se pensaba anteriormente.
La luz describe el nuevo descubrimiento como un proceso evolutivo, ayudado por el hecho de que, a diferencia de muchos otros mamíferos, nuestra grasa se distribuye justo debajo de nuestra piel a través de nuestros cuerpos. Quizás este proceso podría ajustar sensorialmente la cantidad de grasa que los humanos queman dependiendo de la estación. "Usted gana peso en el invierno y luego lo quema en el verano", concluye Light..
La grasa podría tener conexiones con el ojo.
"No es un gran salto asumir que la luz en nuestros ojos y las células de grasa cerca de nuestra piel tienen el mismo efecto cuando se trata de regular nuestro ritmo circadiano", dice Light. Explica que la trayectoria molecular que han descubierto se activa primero por el ojo cuando se expone a longitudes de onda azules en la luz solar. Los investigadores concluyeron que las observaciones revelaron muchas pistas fascinantes que deben explorarse en estudios futuros. (Fp)